martes, 15 de octubre de 2019

La Novedosa Hadronterapia



Idea de cohete espacial
Cuando Julio Verne soñó con vehículos con forma de pez gigante circulando por las profundidades marinas o con una columna de hierro capaz de elevarse hasta las estrellas, nunca llegó a imaginar que el submarino o el cohete espacial llegasen a existir.

Cuando nos dijeron que el LHC (Large Hadron Collider, algo así como "Gran Colisionador de Hadrones") entraría en funcionamiento en 2008, nadie sería capaz de prever todo lo que se nos venía encima: nuevas partículas, métodos más refinados y la joya de la corona: el BOSON DE HIGGS. Pero hoy no vengo a hablar de esto, sino de una tecnología que de manera inminente entrará al servicio de toda la población: la Terapia de Hadrones, o Hadronterapia.

El cáncer es una de las enfermedades más temidas y mortíferas de todos los tiempos, pero nuestro miedo ha crecido este último siglo por lo alarmante de las cifras: solo en España en 2017 el 26,5% de las defunciones totales fueron producidas por este desorden fatal, la segunda causa más frecuente por detrás de las enfermedades cardiovasculares (28,8%). Ya hay organizaciones que se encargan de luchar contra ella y, afortunadamente, ya podemos ver resultados. Y uno de los más esperanzadores es esta terapia con la que se pretende tratar los tumores de forma más precisa.

Un ciclotrón
Su funcionamiento es muy similar al de la radioterapia, pero se sustituyen los fotones por haces de protones o iones de carbono, de manera que se obtenga una precisión nunca antes imaginada. Con este avance se pretende reducir los efectos secundarios o derivaciones a segundos cánceres.
En primer lugar, se realiza un TAC o un PET para determinar la posición e incluso densidad del tumor. En segundo lugar, se señala la zona de acción y se bombardea con estas partículas mencionadas con anterioridad gracias a replicas pequeñas del LHC, llamadas ciclotrones (protones) o sincrotornes (protones e iones de carbono). Es así como se consigue atacar al tumor de manera precisa y sin dañar los tejidos circundantes.

Se calcula que en el mundo solo hay 39 ciclotrones en el mundo. Y solo Suiza, Japón e Italia poseen un sincrotrón. Es necesario por ello seguir avanzando con esta idea para poder controlar el cáncer y, por consiguiente, reducir los casos. Apoyemos al CERN, al LHC, y a los futuros proyectos.

Hagamos de este sueño una maravillosa realidad.  


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